jueves, 16 de julio de 2015

Del punto invisible en el horizonte
se maman los cuerpos
y palpan la luz
hasta desvanecerse en sortijas
de leche,                     
y cubrir un contorno,
con acero trizado.

En su núcleo se ahoga
la brisa,
recreando al sin verso
de su canción espacial.

Y de a poco se tocan
esos dedos sin lana
revistiendo cascadas
de rojo arenal.


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